Estimado cornúpeta:

La verdad es que no sabía de tu existencia hasta el otro día cuando, a eso de la una de la mañana e involuntariamente, asistí perplejo a tu actuación dentro las jornadas festivo-taurino-musicales que organiza la Villa. Me encontraba tranquilamente en una terraza, departiendo con un amigo y disfrutando de un gintónic, cuando de repente una turba de gente comenzó a echársenos, literalmente, encima. Quita, quita, que viene el toro de fuego, advertían ridículos entre risas y empujones. Y servidor, que no es que sea muy valiente, se levantó como impulsado por un resorte, presto a la huida, temeroso de verse volteado y sin gintónic por la furia que caracteriza a tus congéneres. Esperaba, tembloroso, encontrarme de frente a un Vitorino en ciernes, con antorchas por astas y cara de pocos amigos, mientras me preguntaba a ver cómo cojones no habían puesto vallas o, cómo es que no avisaban por megafonía de tu inminente aparición.

Y en ésas estaba, a punto de aflojar esfínteres, cuando te vi aparecer a cámara lenta por el medio de la calle, trotando cansino cual minotauro anémico, y escupiendo petardos por las orejas con el único fin de quemar la ropa a todo aquel que te ibas encontrando. Así pues, al ver que a lo único a lo que me exponía era a algún quemazo en un jersey viejo, me tranquilicé, retomé mi asiento y seguí con mi gintónic recordando por un momento aquellos tiempos en los que yo también disfrutaba en las discotecas quemando con el cigarrillo a todo aquél que se encontraba a mi alrededor. Han pasado ya algunos años desde aquello –tres o cuatro- pero todavía recuerdo perfectamente aquel sentimiento salvajemente inquisidor que me invadía al quemar a la gente. Yo es que siempre he sido muy de derechas, sabes.

La verdad es que desconozco cuanto te rodea. No sé si lo tuyo te viene, como a mí, de familia –en más de una ocasión mi padre me ha confesado haberle quemado la camisa a éste o a aquél por haber querido ligarse a mi madre cuando estaban solteros- y resulta que en tu caso perteneces a una saga de toros de fuego que, generación tras generación, habéis ido quemando a la concurrencia cuando ésta viste de bonito o si por el contrario fuiste elegido al azar durante la timba que, anunciada a bando y platillo, el Señor Alcalde organizó en El Cubo de Tierra del Vino –dile al Alcalde de mi parte que el pueblo se llama como precede- para la elección de tus primos de cuatro patas. Y es que el caso es que estabas tranquilamente en tus quehaceres diarios cuando te da por girarte y ves que una cuadrilla de alcañizanos emocionados te señala sentenciando: ése para toro de fuego.

Sea como fuere permite que sea yo quien te diga que eso de quemar a la gente está feo. Sí, tío, está feo. Con el paso del tiempo te darás cuenta de que no es de recibo que nadie salga de fiesta y acabe con un agujero en la camisa por mucho que se trate de una tradición familiar o por mucho que los miembros del Sanedrín te obliguen a ello. Pero es que aparte de estar feo, créeme, eso de jugar con fuego también sus riesgos, pues no veas, estimado cornúpeta, cómo se las gastan algunos herejes cuando, sin comerlo ni beberlo, acaban con un agujero en la camisa. A mí una vez, tras la faena, no me cortaron el rabo de milagro. Te lo juro.

Ja ja ja.......qué divertida carta....

El torico quiere hacer alegaciones...

El torico se defiende

Pacía yo  plácidamente en la dehesa y me pillaron por sorpresa, sin ninguna explicación me metieron a un camión. Noches y días pasé cual reo en jaulas y corrales ajenos. Alimento escaso me arrojaron más el apetito y el  hambre me abandonaron.

Ante tales vicisitudes acordeme de Segismundo:

Ay mísero  de mí!

Ay infelice!

apurar cielos pretendo

ya que me tratáis así,

Qué delito cometí?.............

Aún hube de experimentar más crueldad humana: me doblegaron y humillaron, cargaron y encendieron infernales artilugios en mis pequeñas astas. Fue tal el terror que invadió mi animal condición que cagueme y orineme por las patas abajo, caíme y  lastimeme, y corrí corrí... perseguido por una jauría de humanos enloquecidos.

En un arrebato defensivo les grité: "Los alistanos se limpian el culo con las dos manos".

En mala hora dije aquello, pues ´me infligieron más vejaciones, y no quiero rememorarlas.

Derrotado me hallo a estas horas y encerrado sigo. Mi devenir semeja a un cielo de pedrisco cargado.

Valgan estas alegaciones como  defenda del choto inocente que soy y no sé si lo seguiré siendo.

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Estimado cornúpeta:

..... no sabía de tu existencia hasta el otro día cuando, a eso de la una de la mañana e involuntariamente, asistí perplejo a tu actuación dentro las jornadas festivo-taurino-musicales que organiza la Villa.

EL CORNUMETA QUE CONOCISTE ESTE AÑO EN LOS FESTEJOS DE LA VILLA, ES MUUU VIEJO, BUENO, EL NO SE, SU FAMILIA SI, LO RARO ES QUE NO LOS CONOCIERAS.

Sea como fuere permite que sea yo quien te diga que eso de quemar a la gente está feo. Sí, tío, está feo. Con el paso del tiempo te darás cuenta de que no es de recibo que nadie salga de fiesta y acabe con un agujero en la camisa por mucho que se trate de una tradición familiar o por mucho que los miembros del Sanedrín te obliguen a ello. Pero es que aparte de estar feo, créeme, eso de jugar con fuego también sus riesgos, pues no veas, estimado cornúpeta, cómo se las gastan algunos herejes cuando, sin comerlo ni beberlo, acaban con un agujero en la camisa. A mí una vez, tras la faena, no me cortaron el rabo de milagro. Te lo juro.

SEGUN COMENTARIOS VERIDICOS O NO, HACE UNOS TREINTA AÑOS, LA FAMILIA DE LOS CORNUPETAS, DICEN QUE IMDEMNIZARON ALGUN CHAMUSCADO..                                                                                                                                    

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    como me aburre escribir, yo prefiero hablar o leer, solo tengo una palabra SALVAJES y un deseo para todos los que disfrutaron haciendo sufrir al noble animal,  que el proximo año le aten en los pingajos colgantes de ellos y en las pingajas de ellaslas teas  encendidas  y con gusto ire a jalearlos

Cornupetas año 2013, ver a los nobles animales en la Villa ..........

http://youtu.be/ipy1j1Bb2WU

Querida Sendi, yo paso de ver crueldades gratuitas.

Pero, Carbonero, ¿qué haces metido en la página pirata? ¡Y encima comentando fotos! ¡Bellaco, traidor!

Y ya veo que no eres el único... Tu quoque, Ti Pedru, fili mi.

Carbonero hace lo que le sale de los putos cojones y no tiene por qué darte explicaciones.

TQM. Adobe . Eres genial.